¿Qué pasó con la alerta de género en Michoacán?

Es bien sabido por las y los michoacanos que las mujeres no vivimos precisamente en un entorno muy seguro: violaciones a nuestros derechos y a nuestro cuerpo, discriminación por el simple hecho de ser mujeres, acoso callejero, violencia de todo tipo y feminicidios, son algunas de las tragedias que vivimos día con día y que nos orillan a salir con temor de nuestras casas al trabajo, la escuela, salir de noche o simplemente transitar por el espacio público.

Suscrita en éste escenario tan terrible es que el 17 de diciembre del año pasado, la organización Humanas sin Violencia A.C. solicitó a la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra los Mujeres, que se declarara la alerta de Género para nuestro estado.

La alerta consiste en una serie de acciones que un gobierno debería de realizar  para garantizar en un territorio determinado la seguridad, prevenir los feminicidios y violación a los derechos de las mujeres, y que se encuentra estipulada en la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

Fue hasta el 7 de Abril que la ciudadanía obtuvimos una respuesta al respecto, y es que una vez que se plantea la alerta, un grupo multidisciplinario compuesto por funcionarias y académicas así como la Comisión Nacional de Derechos Humanos y de la Secretaría de las Mujeres, se encarga de hacer recomendaciones al gobierno de la entidad donde se emita la alerta. Dichas recomendaciones deben de ser cumplidas en un plazo límite de seis meses.

Para el caso de nuestro estado se concluyeron 9 puntos en el “Informe del Grupo de Trabajo conformado para Atender la Solicitud de Alerta de Género contra las mujeres en el estado de Michoacán”, los cuales son a grandes rasgos las siguientes:

1. La mayoría de los casos de delitos en contra de las mujeres se encuentran inconclusos.
2. La atención a las mujeres víctimas de violencia en las instancias encargadas es ineficiente.
3. Los servidores públicos que laboran en dichas instituciones no cuentan con los conocimientos ni la capacitación para tratar los casos, realizan valoraciones estereotipadas re victimizando a las mujeres que denuncian.
4. No han sido eficientes ni suficientes las campañas de difusión y promoción de los derechos humanos de las mujeres y contra la violencia.
5. Aunque el estado cuenta con un banco de datos e información sobre casos de violencia, en la práctica no es operante, carece de datos y las dependencias y entidades no lo nutren ni lo consultan.
6. Las instituciones encargadas, carecen de infraestructura, presupuesto, recursos humanos y materiales para prevenir la violencia.
7. En el estado no se aplica la Ley por una Vida libre de Violencia para las Mujeres, porque las y los servidores públicos la desconocen y porque no existen protocolos ni procedimientos institucionales para aplicarla.
8.  La violencia hacia las mujeres se identifica como un patrón sociocultural, por lo que las acciones de prevención deben de ser consideradas en todos los niveles educativos y por las y los docentes.
9. El estado de Michoacán, no ha cumplido con la obligación de promulgar las disposiciones reglamentarias de las leyes para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, y por una Vida Libre de Violencia.

¿Qué sigue después?

A la par que la comisión plantea sus conclusiones, emite recomendaciones que el estado debe de cumplir. Podemos decir, que la mayoría de las conclusiones a las que llega la comisión ya se presentaban al momento de solicitar la alerta de género, por lo que las recomendaciones son un tanto obvias y se basan en reformas legales y no tratan de fondo el problema de violencia que vivimos las mujeres día a día.

 Y esto es lo más preocupante, ya que en el panorama electoral que se avecina, y con la necesidad de mantener el clima político en calma, el gobierno puede optar por “cumplir las recomendaciones” en el papel sin garantizar de facto que termine la violencia. Además de que ninguno de los candidatos de ningún partido electoral ha tratado el tema, ni se ha planteado resolverlo.

En este sentido Circe López Riofrío, de Humanas sin violencia, declaró que se emitieron recomendaciones “a modo” que podrían cumplirse sin que el gobierno tuviera mayor problema, cuestión que complica más el panorama, puesto que la temática no debe de tomarse a la ligera, y es inquietante que la misma Circe declarara el pasado 10 de abril que “Sinceramente no creo necesario que se declare una Alerta de Género su ya se están encaminando las acciones, si ya estamos viendo dónde están las deficiencias, donde están los problemas […] es más bien darle continuidad a las recomendaciones”

Y ¿qué nos queda por hacer a las mujeres?

Es claro que con la sola emisión de las recomendaciones no basta, ni aún si se cumplieran en su totalidad podría el estado garantizar la seguridad de las mujeres, porque el problema de la violencia es mucho más profundo. No está demás mencionar que es valioso el que existan los marcos legales, pero que si éstos no se acompañan de la organización y la denuncia de las mujeres, serán un cascarón vacío.

Por lo que nos queda, seguirnos informando, estar alertas, organizarnos al interior de nuestra familia, en nuestros barrios, centros de trabajo o escuelas, en contra de la violencia y en la exigencia de que el estado garantice el derecho básico a nuestra seguridad.