Embarazo adolescente: un factor de riesgo en las adolescentes.

La adolescencia por definición, es una etapa de la vida que se extiende desde la niñez a la edad adulta, se prologa desde que comienza a producirse la madurez sexual hasta que el sujeto alcanza la condición social de adulto e independiente, desde el punto de vista del desarrollo cognitivo culmina en este período lo que se ha dado en llamar la “etapa de las operaciones formales”, los adolescentes son capaces de practicar el pensamiento abstracto y lógico.

En nuestro país ¿qué pasa con l@s adolescentes?

En México la tercera parte de las y los jóvenes de 15 a 19 años ya ha iniciado su vida sexual (Encuesta Nacional de juventud en el 2010) y de las adolescentes de 12 a 19 años de edad que han tenido relaciones sexuales, más de la mitad (51.9%) ha estado alguna vez embarazada (Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012).

La mayor parte de las adolescentes aceptan la maternidad sin importar que el embarazo haya sido el resultado de un accidente o descuido por no usar o usar mal los métodos anticonceptivos. Esta problemática se debe a los constructos sociales que dictan que la maternidad forma parte indisoluble de la vida de las mujeres,  como una forma de valoración del ser mujer, también está determinada por los constructos socioculturales, como sucede en algunas poblaciones rurales en donde las mujeres se casan a temprana edad y por lo tanto se embarazan a temprana edad, dejando de lado su desarrollo personal, como  en el caso de seguir con sus estudios.

Las principales razones de deserción escolar en las mujeres fueron por falta de dinero (33.7%); por embarazarse o tener un hijo (11.8%) y por matrimonio o unión (8.8%) (Encuesta Nacional de Deserción en la Educación Media Superior 2011).

En el 2009 las hospitalizaciones por causas maternas representaron el 29.7% del total en niñas de 10 a 14 años y el 88.4% en adolescentes de 15 a 19 años (Análisis de IPAS México con base en el sistema Automatizado de Egresos Hospitalarios).

Las defunciones maternas son la cuarta causa de muerte en adolescentes de 16 a 19 años, y en el Distrito Federal 17.4 por ciento de los nacimientos corresponden a mujeres menores de 20 años, de los cuales entre 60 y 80 por ciento no fue planeado.

Como los datos muestran, la población adolescente se encuentra en mayor vulnerabilidad, sobre todo las adolescentes ya que en esta edad están entrando a la etapa de transición que las llevará a la adultez y se encuentran en pleno proceso de maduración sexual (biológica), física y psicológica; por lo que enfrentarse a un embarazo en esta edad puede ser de alto riesgo, tanto para la madre como para el producto.

Además, si tomamos en cuenta que por lo general las y los adolescentes en esta etapa de vida se muestran confundidas/dos entre saberse y sentirse niñ@s o saberse y sentirse jóvenes, en esta edad aun no alcanzan la madurez para decidir ser o no ser madres y/o padres.

El embarazo adolescente se ha convertido en un problema social que amplía las brechas de desigualdad entre hombres y mujeres, que trae como consecuencia la deserción escolar, pobreza, abandono familiar, violencia y perdida de la vida.

Por tal motivo es importante que las y los adolescentes reciban información científica, oportuna y clara  sobre el desarrollo de su sexualidad, servicios de salud sexual y reproductiva y se les brinden oportunidades vitales, para que de esta manera puedan desarrollar habilidades emocionales, afectivas, cognitivas y relacionales que les permitan asumir responsabilidades, sobre todo las que tienen que ver con el ejercicio de su sexualidad así como de sus derechos sexuales y reproductivos, ya que de esta forma se incitará a la reflexión y la visibilización de los riesgos que existen al ejercer su sexualidad sin información y sin las medidas pertinentes, pues gran parte de estos riesgos pueden  ser prevenidos y atendidos a tiempo.

En este sentido, la ONU ha recomendado a México “examine la situación de la población adolescente con prioridad y le exhorta a adoptar medidas para que se garantice el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva y se preste atención a las necesidades de información de los adolescentes, incluso mediante la aplicación de programas y políticas conducentes a incrementar los conocimientos sobre los diferentes métodos y su disponibilidad”.

Ante dicha problemática social ¿Qué hacen nuestros representantes para garantizar los derechos de nuestros adolescentes?

La actitud de nuestros representantes sigue dejando mucho que desear, ya que  muchos de los programas que lanzan para la población siguen siendo para –como se dice coloquialmente- tapar el ojo. Hacer como que se hace y como que se preocupa por las demandas más sentidas de la población, sin tomar acciones verdaderas a respecto.

¿Qué se  podríamos esperar de nuestros representantes después de imponernos tantas reformas que en nada garantizan ningún derecho a la población?, todo lo contrario, violan cada vez más nuestros derechos. A nuestros representantes no les importa en lo absoluto el pueblo trabajador, por tal motivo no garantiza ni las más mínimas necesidades que necesita la población para vivir y en éste caso en particular la seguridad y el correcto desarrollo de nuestra juventud.