“El patriarcado se halla tan firmemente enraizado, que la estructura característica que ha creado en ambos sexos no constituye solamente un sistema político, sino también y sobre todo, un hábito mental y una forma de vida.”
Simone de Beauvoir
La actual condición de la figura femenina viéndose sujeta a un sistema patriarcal dista aun de una equidad, sigue en constante opresión. La diversidad de manifestaciones de inequidad que existen y a los cuales se ve sujeta la mujer no se han logrado eliminar, aun con la existencia de movimientos, organizaciones y derechos humanos instituidos internacionalmente y nacionalmente
En México, ante la gran problemática, se han lanzado propuestas de ley y normatividades tendientes a acortar las brechas de género, las inequidades entre los sexos, bajo la premisa de que la distribución inequitativa del poder entre los géneros es un detonante primordial de la violencia que los afecta. Como lo menciona la NOM-046-SSA2-2005 (Norma Oficial Mexicana que opera en el sector salud):
¨Si bien cualquier persona puede ser susceptible de sufrir agresiones por parte del otro, las estadísticas apuntan hacia niños, niñas y mujeres como sujetos que mayoritariamente viven situaciones de violencia familiar y sexual… La violencia contra la mujer, tanto la familiar como la ejercida por extraños, está basada en el valor inferior que la cultura otorga al género femenino en relación con el masculino y la consecuente subordinación de la mujer al hombre.¨
La problemática y vulnerabilidad de lo femenino aun cuando se reconozca institucionalmente, continúa siendo un problema latente.
Las universidades, siendo instituciones reproductoras del orden y valores sociales, se consideran espacios privilegiados para el impulso de cambios a favor de la equidad y no discriminación de cualquier tipo, están sujetas a una ideología colonizada de género que mantienen y promueven roles de género atribuidos socialmente, mediante manifestaciones de conducta.
Siendo la UMSNH la institución con mayor población estudiantil y laboral (profesores y administrativos) en el estado de Michoacán, sumando una comunidad de 59 mil 382 personas, 51.7 % hombres y 48. 3% mujeres, datos obtenidos por la Comisión de Planeación Universitaria de la misma institución. Es necesario destacar la inequidad de género que en la actualidad es visible en dicha institución.
El alumnado es conformado por el 53.3% de mujeres las cuales mayoritariamente se encuentran en las áreas de servicio y cuidado. En las ingenierías y en las ciencias físico matemático existe una alta presencia de hombres cubriendo más de un 80%. Por lo tanto, hay una amplia brecha entre la presencia y ausencia de mujeres en las facultades antes mencionadas, mostrándose una preferencia de elección por parte de ambos géneros para cumplir con los roles socialmente atribuidos.
En la docencia la UMSNH contaba en 2011 con 318 profesores y profesoras en el SNI, 27% son mujeres. En el trabajo administrativo cuenta con 2 mil 524 trabajadores/as administrativos/ as, 50.5% de los cuales son mujeres. Ambos muestran una tendencia de mayor presencia de mujeres docentes y trabajadoras en las facultades que presentan un mayor sector estudiantil femenino, lo anterior se debe a la inequidad de oportunidades, confrontando distintos obstáculos.
La universidad también mantiene ambientes de acoso sexual que manifiestan el dominio hacia la figura femenina. Siendo estos indeseables e intolerables que día a día el sector femenino de la institución se debe ver sujeta.
El acoso sexual siendo todo comportamiento sexual ofensivo y no deseado, manifestado por violencia tejida por el poder, la sexualidad y la fuerza que genera un entorno hostil y humillante, habiendo como consecuencia una repercusión negativa al ser humano que lo padece. Velázquez (2003) subdivide el acoso de acuerdo a la vía por la cual es manifestado: conductas verbales, visuales o físicas.
En las manifestaciones de conducta verbal se encuentran todos aquellos comentarios sexuales intencionados a través de la palabra o por medio escrito como lo son bromas sexuales, insinuaciones, amenazas, sonidos sugerentes, etc. El comportamiento que es expresado visualmente se manifiesta por medio de miradas a ciertas partes del cuerpo y exhibición de gestos sexuales u obscenos. En la conducta física las expresiones de conducta violentas son toda aquella aproximación indeseada ya sea palmadas, pellizcos y roces con el cuerpo.
Analizando la población estudiantil, docente y trabajadora de la UMSNH, se generó una muestra estadística, el procesamiento de la información se llevó a cabo en la Facultad de Economía “Vasco de Quiroga” y la Facultad de Psicología, UMSNH.
Los resultados son los siguientes: la conducta de acosos verbal es aquella que mayoritariamente se presenta en la institución, en forma de piropos indeseados consisten, además, en una práctica altamente normalizada y normalizante de abuso del poder de los hombres sobre las mujeres (Corsi y Peyrú, 2003). Lo anterior implica una aceptación naturalizada en la vida universitaria de las mujeres que provoca una minoría que acusa dichas acciones.
El acoso sexual visual se presenta con un alto grado de prevalencia en la UMSNH. Al igual que la conducta anterior, si bien resultan incómodas, las mujeres, no logran acomodar dicha incomodidad en su pensamiento debido a la condición naturalizada en la que se sostienen. Además, cuando estas miradas las dirigen profesores, como es el caso representado en nuestra muestra, la experiencia de la mujer morbosamente mirada se torna casi impronunciable.
La vía de acoso sexual que sigue las pautas de la presión para aceptar invitaciones no deseadas fuera de la escuela también se ha desplegado en la UMSNH, afectando tanto a hombres como a mujeres. A diferencia de otras formas de acoso estas si han sido habladas y denunciadas, lo cual implicaría que este tipo de acoso es más fácilmente decodificable como un acto violento de naturaleza sexual, es más visible, y por lo tanto, señalado como tal, como indeseable.
En el salón de clases también se muestra un control territorial fálico de los hombres hacia las mujeres El único caso en la UMSNH de uso de la fuerza física para tener relaciones sexuales es el de una mujer, quien decidió no denunciar y ni siquiera comentarlo con algunos amigos o amigas habiendo sido el perpetrador, un hombre estudiante. Teniendo que recurrir a un cambio de grupo o dar de baja la materia para evitar dicho acoso.
En otras instituciones educativas tanto públicas como privadas, se han mostrado la existencia de acoso sexual sin embargo cabe destacar que la mayoría de estas carecen de organizaciones que informen y apoyen para eliminar dichas acciones, como es el caso de la Universidad Latina de América que otorga educación media y media superior anteriormente se contaba con una campaña denominada Ante el acoso no te calles, sin embargo actualmente se ha desintegrado y no se ha mostrado algún interés en desarrollar una nueva campaña.
Es necesario destacar que las manifestaciones antes mencionadas de la inequidad de género en instituciones educativas deben ser eliminadas, la reproducción de dichas acciones solo mantienen al sector femenino en constante opresión. Es clara la existencia de indiferencia, pero se debe combatir la situación y eliminar el ambiente al que se ve sometida la comunidad femenina.
Se debe plantear un conjunto de acciones que permitan acortar la brecha de inequidad entre hombre y mujeres. Hoy 8 de marzo, es de lucha y exigencia, para avanzar hacia una equidad de género y eliminar el sistema patriarcal existente que priva a la mujer de su libertad.
Las Matrioskas
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